Testimonio

André Kertész: Circo. Budapest, 1920

Sobre la exposición en Londres Testimonio, fotografía húngara del siglo XX, nos ha informado un testigo londinense, Kinga, que ha escrito acerca de La foto del Día D de Robert Capa en Poemas del río Wang.
El florecimiento de la vida intelectual en Hungría a partir de la ayuda y el auge económico que supuso el compromiso austro-húngaro de 1867, impulsó al país a una altura internacional en varios campos de la actividad creativa. Sin embargo, muchos de aquellos tesoros solo pueden conocerlos los húngaros, ya que la literatura está ligada al lenguaje y la arquitectura al lugar.

La mayoría de húngaros pensarán que tal vez sólo la música de Kodály y Bartók obtuvo el mismo éxito y reconocimiento fuera del país que en el interior. Sin embargo, hay al menos otro arte en el que sin duda los húngaros estaban a la cabeza mundial a principios del siglo XX y que, paradójicamente, es menos conocido en Hungría que en el extranjero. La fotografía.

La Royal Academy of Fine Arts de Londres dedica ahora una exposición a gran escala a este asunto con el título "TESTIMONIO - La fotografía húngara en el siglo XX». La exposición se centra en Brassaï, Robert Capa, André Kertész, László Moholy-Nagy y Munkácsi Martin, que abandonaron el país hacia mitad de los años 20 para hacer carrera en el Oeste, descubriendo fórmulas nuevas y revolucionarias para la fotografía, un medio de expresión que en esa época tanteaba, con la colaboración de aquellos nombres, su propio camino. Escribiremos otras entradas individuales sobre ellos más adelante.

El título de la exposición no engaña. Es en realidad una visión de la fotografía húngara del siglo XX, con una veintena de fotografías de cada uno de los cincuenta fotógrafos, presentando también a aquellos maestros que quedaron en casa y algunos emigrantes menos conocidos pero igualmente grandes.

Rudolf Balogh – Seis bueyes, Hortobágy, 1930

También habla de la forma en que evolucionó la fotografía dentro de Hungría tras la instauración del telón de acero.

György Stalter – Tólápa, 1982

László Fejes - Boda, Budapest, 1965. La foto ganó la Medalla de Oro en la World Press Photo pero por sus asociaciones con la reprimida revolución de 1956 y por su poco amable visión del presente, a Fejes le prohibieron su publicación.

La causa de esta amplia selección es que entre los artistas que permanecieron en casa había un gran número de maestros extraordinarios —Angelo, Rudolf Balogh, Károly Escher, Kata Kálmán, József Pecsi, Dénes Ronai—, autores que en su tiempo, debido a los temas locales que tocaban, no lograron alcanzar la resonancia exterior que merecían.

Ferenc Haar - Descanso para el almuerzo de los trabajadores, 1931. Al igual que ocurriría más tarde durante la ocupación soviética, ya en la Hungría post-1920, hecha pedazos por el Tratado de Trianon («un país con tres millones de mendigos»), la fotografía documental de contenido social se convirtió en una eficaz herramienta política, claramente asentada en una actitud antirromántica, contraria a la idealización de la vida campesina que representaba entonces el movimiento del «Estilo Húngaro».


Dénes Rónai – La Tarde, Mujer con un cigarrillo, Budapest, 1929; József Pécsi – La Tarde, 1927

El carácter sinóptico de la exposición, así como los ensayos de Colin Ford, Péter Baki y George Szirtes, tratan de dar respuesta a la pregunta: ¿cómo es posible que —citando al periodista y editor de fotografía americano John G. Morris— este arte sea «una vocación que parece natural en los húngaros»?.

«Dejar las bellas artes a los artistas, y tratar de hacer fotos con las herramientas propias de la fotografía que, sin tomar nada prestado de las demás artes, se debe únicamente a sus valores fotográficos para superar a sus predecesores.» Albert Renger-Patzsch: Ziele, Das Deutsche Lichtbild, 1927: XVIII, en Gábor Szilágyi: Una historia de la fotografía, Budapest, 1982.

«La nueva objetividad (...) esta es nuestra seña actual (...) La nueva tendencia es la representación de figuras y objetos en una perspectiva audaz y nueva». Dénes Ronai: Sobre la fotografía moderna, 1930-1932, Fotografía húngara, en Gábor Szilágyi: Una historia de la fotografía, Budapest, 1982.

André Kertész – Sombras de la Torre Eiffel, París, 1929


André Kertész – Nadador bajo el agua, Esztergom, 1917

Abandonar los temas, el estilo y la configuración familiares de la pintura. Conseguir para la fotografía una voz propia por medio de una representación de la materia intencionalmente realista, con unos puntos de vista nuevos, una elección atrevida de temas y encuadres de la imagen — este fue el lema de los fotógrafos europeos innovadores en los años 20 y 30, especialmente en Alemania, donde se creó la «nueva objetividad», y la propia Bauhaus.

Una nueva forma de ver necesita una mente abierta. Ninguno de aquellos cinco artistas tenía una educación fotográfica formal. Aparte de Munkácsi y Kertész, sólo tomaron una cámara en sus manos tras emigrar, y sólo Munkácsi vivía ya de la fotografía en su patria.

Brassai – En el estudio de Picasso, Rue des Grands Augustins, París, 1939

Sin embargo, Brassai y Moholy-Nagy fueron también artistas plásticos, este último profesor de la Bauhaus. Ellos, así como Kertész, Munkácsi y Capa, conocieron el Budapest de los años 1910 y 20 - a los grandes autores, Ady y Karinthy, el Art Nouveau. Vieron el Berlín y el París de los años 20 y 30, estuvieron presentes en el nacimiento de la Bauhaus y los movimientos de vanguardia parisinos; trabajaron para el Berliner Illustrierte Zeitung, Life, Vu, Harper’s Bazaar, Vogue; entre sus amigos se encontraban Kassák , Gropius, Picasso, Matisse, Chagall, Cocteau, actores, directores, pintores, bailarines, periodistas, poetas. De tener una máquina del tiempo, difícilmente encontraríamos un período más denso y atractivo adonde ir.

«Si tus fotos no son suficientemente buenas, es que no estabas lo bastante cerca» — Robert Capa

Robert Capa – Soldado americano en la playa de Omaha, Dia D, Normandía, 6 de junio de 1944
(dedicamos una entrada aparte a esta imagen)

La necesidad de exactitud y de la representación de la realidad no es un concepto meramente técnico. Una foto creíble requiere algo más que un punto de vista diferente y una mente fresca: primero hay que ver. Aquellos cinco hombres procedían de una Hungría que, en contrapunto al cosmopolitismo y la vibrante vida intelectual de las grandes ciudades, albergaba un entorno rural de atraso feudal y pobreza, sobre todo después del tratado de Trianon, en 1920. Al igual que la mayoría de intelectuales húngaros de la época, también provenían de familias pobres o muy pobres. Estaban muy lejos de la actitud intelectual que es capaz de ver la pobreza como algo romántico, la vida de las gentes como clichés o modelos para las ciencias sociales y el apocalipsis como una teoría económica.

André Kertész – Martinique, 1971


André Kertész – Navegando a casa, New York, 1944

Martin Munkácsi escribió acerca de la representación de la realidad:

«El pastel de queso me pone enfermo. (...) Para mí la imagen de una mujer gorda que quiere aparecer delgada, o de una flaca que se disfraza de gruesa con el fin de dar efecto, no es más que un pastel de queso. (...) Pero si la foto habla con honestidad sobre el tema que representa —por más que se trate de un semidesnudo, un pequeño, ridículo cock-a-doodle, nunca será un pastel de queso. La intención es decisiva. Un fotógrafo que siempre opta por soluciones fáciles y sencillas nunca será capaz de hacer más que un pastel de queso». Martin Munkácsi: «El pastel de queso me pone enfermo», 1946, en Gábor Szilágyi: Una historia de la fotografía, Budapest, 1982.

Robert Capa – Muerte de un miliciano, Cordoba, 1936. Esta foto, tomada en la Guerra Civil española, dio fama mundial a Capa.

«De todos los medios de expresión es sólo la fotografía la que capta y registra el momento fugaz. El fotógrafo ve muy claramente que los fenómenos están en constante cambio, y una vez que han muerto no hay poder sobre la tierra para devolverlos a la vida (...) Hay un momento en el que los elementos a la vista se unen para formar una perfecta armonía. La tarea del fotógrafo es captar y registrar este momento.» Son las palabras de otro gigante de la fotografía, Henri Cartier-Bresson, un admirador de Munkácsi y Kertész, así como amigo y socio creativo de Capa, en su libro El momento decisivo, 1952, Nueva York: Simon and Schuster, citado en Gábor Szilágyi: Una historia de la fotografía, Budapest, 1982.

Aparte de la «nueva objetividad», este «momento decisivo» será el credo de los periodistas gráficos más sobresalientes de la época, incluso antes de que alguien lo pusiera en palabras, y es esto lo que hará en realidad de la fotografía un género completamente nuevo.

Cornell Capa – Winchester College, 1951


André Kertész – Carrefour, Blois, 1930

Una clave para responder a la pregunta de por qué fotografiar «parece ser una vocación natural para los húngaros», y por qué Capa en la misma línea podía bromear descaradamente afirmando que «el talento no basta, además hay que ser húngaro», está en la hermosa idea de George Szirtes: el momento decisivo. Brassaï, Capa, Kertész, Moholy-Nagy y Munkácsi venían de un país cuyas fronteras se encontraban en cambio permanente, siempre amenazado por potencias extranjeras, y estas fuerzas siempre lo han atravesado y en ocasiones se han establecido en su interior. En los últimos 500 años de historia húngara sólo se dieron unos breves momentos de paz entre dos apocalipsis. ¿Quién podría tener mejor sentido para capturar la belleza del instante que esta nación?

Y los mejores momentos de los últimos 500 años estuvieron exactamente entre los cortos treinta años de euforia de 1890 a 1919, cuando se formaban estos cinco fotógrafos. Eso fue, en esencia, lo que llevaron consigo al salir de casa.

André Kertész – Muchachos admirando mi cámara, Budafok, 1919

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Una buena oportunidad para montar esta exposición vino con la presidencia de la UE de Hungría en 2011. Los comisarios fueron los historiadores de la fotografía Péter Baki y Colin Ford; el primero, director del Museo de Fotografía de Hungría en Kecskemét; y éste, fundador y director general del Museo Nacional de Medios de Bradford.

«Brassai, Capa, Kertész, Moholy-Nagy y Munkácsi revolucionaron el fotoperiodismo y la fotografía artística en la primera mitad del siglo XX. Este bello libro examina cómo estos cinco hombres, todos los cuales abandonaron su país natal para trabajar en Europa y América, definieron a Hungría —intersección cultural y geográfica entre Oriente y Occidente— como crisol de la fotografía. También explora la influencia de su visión y originalidad en las sucesivas generaciones de fotógrafos. Ilustrado con sus obras principales y de un buen número de sus contemporáneos —en muchos casos con grabados de época procedentes de colecciones húngaras—, Testimonio es una publicación de referencia para el estudio de la fotografía moderna»-. Esto se lee en la cubierta del catálogo de la exposición (Testimonio - La fotografía húngara en el siglo XX. Brassai, Capa, Kertész, Moholy-Nagy y Munkácsi, Royal Academy of Arts, Londres, 2011. ISBN 978-1-905711-76-5)..

Robert Capa - Ingrid Bergman, Hollywood, 1946

«Este bello libro» -y por supuesto la propia exposición- divide el material que presenta en cinco capítulos:

I. Hungría 1914-1939. —Esta sección da una visión general sobre las principales tendencias y los fotógrafos más importantes de la época (Angelo, Rudof Balogh, Kata Kálmán, Kata Sugár, Károly Escher, József Pecsi, Dénes Ronai, Erno Vadas —Aladár Székely se omite por alguna razón). También hay algunas fotos primerizas de Munkácsi y Kertész, porque estaban entre los cinco que ya comenzaron a fotografiar antes de partir.

II. La Primera Guerra Mundial y sus secuelas —Fotos documentales de los autores mencionados.

III. Alejamiento: París, Berlín, Londres, Nueva York —Esta es, por supuesto, la parte central de la exposición, donde vemos el mayor número de fotos: los inicios de las carreras de Brassai, Capa, Kertész, Moholy-Nagy, Munkácsi, algunas fotos de sus series más importantes y algunas imágenes de otros fotógrafos húngaros emigrados.

IV. La Segunda Guerra Mundial y sus secuelas —Fotografías documentales de fotógrafos húngaros, sobre todo de Capa que trabajó principalmente como corresponsal de guerra.

V. Hungría 1945-1989.

Martin Munkácsi - Greta Garbo, Berliner Illustrierte Zeitung, 1932

Por nuestra parte, habiendo crecido en Hungría y visto un montón de fotos documentales, tanto buenas como malas, nos sentiríamos más satisfechos si la primera parte y, especialmente, la tercera hubieran sido más amplias, con un mayor número de fotos no seleccionadas solo por su valor informativo o político, sino por una mirada que descubre lo extraordinario en los momentos normales. Pensamos precisamente que son estas imágenes, con su fuerza peculiar, las menos conocidas por el público. Por esta razón, algunas de las ilustraciones de esta entrada no provienen de la exposición, sino de nuestros propios libros.

André Kertész – Contraportada de VU, 125,6, agosto 1930, mostrando a Carlo Rim, el nuevo redactor en jefe de la revista, fotografiado por André Kertész en el Luna Park del Bois de Boulogne

Al mismo tiempo, las razones del montaje de esta exposición son claras: el propósito declarado es presentar los antecedentes de estos cinco autores, y el tácito acercar nuestro pequeño gran país a los británicos que, con la mayor inocencia, a menudo nos confunden con los búlgaros. Y qué otro instrumento es mejor para este último fin que la fotografía, que por un lado queda en la memoria, y por otro es ya en parte conocida por el público británico, al menos por los menos jóvenes de la misma. El amigo inglés que nos acompañaba dijo con gran sorpresa que conocía buena parte de esas fotos pero que no tenía ni idea de que todas fueran de fotógrafos húngaros. Sin embargo, esta no es la primera exposición conjunta de fotografía húngara en Gran Bretaña. El National Media Museum de Bradford organizó una similar ya en 1987 con el título La conexión húngara: las raíces de Fotoperiodismo, con la colaboración del comisario de esta exposición, Colin Ford, junto a László Beke y Gábor Szilágyi (ISBN-10: 0948489065)

André Kertész – Lajos Tihanyi, París, 1926

Estos cinco fotógrafos representaron ya en su época un grupo intelectual y una actitud artística no bien acogidos en Hungría: ni en la época de Horthy, antes de la guerra, ni durante la ocupación soviética posterior, aunque descartemos las obviamente incómodas fotos de Capa dando noticias militares desde la parte enemiga. Así, el público húngaro en general no tuvo ocasión de encontrarse con sus nombres, fotos y publicaciones sino, como mucho, clandestinamente.

Aquellos de la misma generación que se quedaron en casa, si seguían esta orientación se les prohibía publicar (no se les admitía en la Asociación Húngara de Fotógrafos, por lo que no podían recibir encargos) y tenían que guardar sus fotos en un cajón aparte de su trabajo oficial (por ejemplo los fotogramas de Tihamér Gyarmathy). Sólo André Kertész vivió lo suficiente para viajar a Hungría en 1984, un año antes de su muerte, y ver una exposición sobre la obra de toda su vida, así como recibir un premio oficial.

Más tarde, los problemas financieros trajeron nuevas dificultades. El legado de estos fotógrafos se conserva en Europa Occidental y América, así que para los museos húngaros es complicado recaudar fondos para adquirir imágenes.

Brassai – Matisse with His Model, Paris, 1939

Afortunadamente, en las últimas décadas se han hecho grandes avances. Fueron sobre todo las dos colecciones más importantes de fotos de Hungría, la del Museo Nacional de Hungría y la del Museo Húngaro de Fotografía de Kecskemét, en dura lucha por su supervivencia, las que han ido incorporando material de estos cinco fotógrafos. Por eso, durante la última década y media, en Budapest y en otras ciudades húngaras se han podido organizar algunas grandes exposiciones dedicadas a su obra.

Algunas de las exposiciones más importantes:
• Kincses Károly: Fotógrafos - Hecho en Hungría. Los que se fueron y los que se quedaron. Museo Húngaro de Fotografía, 1998
• Brassai: Museo Ludwig, diciembre 2000-enero 2001
• Robert Capa: Museo Nacional de Hungría, marzo de 2009; Museo Ludwig, julio-octubre de 2009
• André Kertész: Museo Nacional de Hungría, septiembre-diciembre de 2011
• László Moholy-Nagy: Museo Ludwig, junio-septiembre 2011
• Martin Munkácsi: Museo Ludwig, octubre 2010-enero 2011

André Kertész – Café du Dome, París, 1925

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