Una densa niebla verdosa se extiende por el valle del río Inguri. La vemos desde arriba mientras reviramos por la carretera que bordea la cresta del cañón. Svaneti, la provincia más septentrional de Georgia, estuvo unida al mundo exterior durante miles de años unicamente por pistas de montaña, de modo que nadie puso demasiado empeño en ocuparla. Así, el gobierno de los príncipes Dadiani, solo formalmente dependientes del zar ruso, consiguió perdurar hasta el comunismo. «Esta carretera la construyó Saakashvili», dice con reverencia nuestro chófer mientras esquiva una vaca huesuda o algún cerdo que cruza en el frío glacial, así como las piedras que aparecen de pronto en la calzada cuando nos acercamos a un amenazador barranco. «En aquel tiempo se hizo todo; el gobierno actual, nada». Entramos en un túnel de cuya bóveda fluye un copioso manantial. La marshrutka se para justo debajo y pasa unas cuantas veces, adelante y atrás, bajo el chorro de agua, como los cerdos que vimos ayer rascándose contra los muros del monasterio de Gelati.
Paramos en el paso de Jvari. «otdykhat, comer y beber algo». «¿Cuánto tiempo estaremos?» «Quince minutos, media hora, el tiempo que estemos a gusto», el pequeño y decidido chófer nos anima a entrar. Una cabaña de madera con dos mesas. Comemos cordero guisado en salsa picante y el chófer nos sirve naranjada de su propia botella. Los vecinos se han acercado al ver que llegaba un bus. Alguien pide una gran bandeja de queso fresco muy sabroso, khachapuri, acompañado de chacha, el orujo local al que se añade naranja. Llega otra camioneta. Un hombre de fuerte voz se nos junta con su hija y el novio, bromean y ríen sus historias. Enseguida, por aclamación, la chica saca un panduri, una guitarra georgiana, y la empieza a afinar. «Por esto he venido yo hasta Georgia», dice Lloyd encantado.
Chemiguli shenmogelis – Mi corazón te está esperando
Chemiguli shenmogelis guli ankara amdenikhnis molodinma guli tagala meshen gamigeb chemo engulo kalmakhebis sabudaro Enguro ankara | Mi corazón te está esperando, pero estoy cansada de tanto esperar. Tú me comprenderás: hay muchos peces en el río Inguri. |
Svanur koshkze artsivebi skhedan – Las aves se posan en las torres Svan
Svanur koshkze artsivebi skhedan khivianda bans adzleven mtani ar sheshinde genatsvalos deda nanil nanil nanaila nanil Garetsiva kharishali gminas elvam dasva khedebs okros tmani daidzine farskvlavebsats sdzinavt nanil nanil nanaila nanil Ushishari Ushba hrubleps ikhvevs nislishi tvlemen Ushguli da tsani mamasheni kakholia jihvebs nanil nanil nanaila nanil Dromova da mtepshi tsakhvalt ertad kamezrtebi ushishari Svani tavs da oijakhs uertgule marad nanil nanil nanaila nanil | Las aves se posan en las torres Svan, cantan y las montañas cantan con ellas. No temas, mi pequeña. nanil nanil nanaila nanil Hace frío y viento afuera, el fuego arde como una cabellera dorada. Duerme, pues las estrellas también duermen nanil nanil nanaila nanil El monte Ushba no teme a las nubes que se juntan, la niebla y las nubes bajan sobre el pueblo de Ushguli. Tu padre saldrá a cazar cabras salvajes nanil nanil nanaila nanil Cuando crezcas irás a cazar con tu padre, crecerás valiente como un Svan Serás fiel a ti misma y a tu familia nanil nanil nanaila nanil |
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