Ashura, el décimo día del mes de Muharram es uno de los días más importantes en la historia de la humanidad. Este día Dios creó a Adan y Eva, este día Él devolvió a Jacob a su hijo perdido, José, y en este día liberó a los judíos de la tiranía del faraón. En conmemoración de lo cual, Mahoma lo convirtió en día de ayuno de acción de gracias. Y al atardecer los suníes se invitan mutuamente al especial aşure o pudin de Noé, para celebrar que este día el Diluvio empezó a remitir. En las regiones chiítas, sin embargo, lo más importante es que en el año 680, un día como este, el Imán Huseín, hijo de Alí y nieto de Mahoma, fue martirizado tras luchar heroicamente durante el día entero con sus setenta y dos compañeros contra los treinta mil soldados del califa usurpador en Kerbala, a orillas del Éufrates. Es el rasgo de identidad definitorio de los chiítas, y su aniversario es el mayor día de luto entre ellos, cuya religiosidad está empapada del culto a los mártires, desde los imanes mártires hasta el millón de iraníes asesinados en la guerra Irán-Iraq. El ritual de la conmemoración anual de la tragedia de hace mil quinientos años brinda la oportunidad de que cada uno experimente también el dolor personal de la pérdida.
Cada ciudad tiene sus tradiciones propias para la fiesta. De Abyaneh puede leerse en detalle aquí o aquí. Los habitantes de la ciudad se reúnen en la mezquita la víspera, para pasar la vigilia de la Tasuʿa, el noveno día, tal como Huseín y sus compañeros hicieron antes de la batalla decisiva. El imán llama a sus fieles para dejarlos sin el pecado de traición antes del martirio seguro del día siguiente, donde solo permanecieron los Setenta y dos. En Abyaneh, con todo, sería culpable cualquiera que se desentendiera de la vigilia nocturna. Durante la ceremonia del luto, llamada zakeri, cantan canciones de lamento y leen poemas, y las mujeres mantienen despiertos a los participantes con crótalos o cascabeles de madera. A la mañana, las mujeres recorrerán las calles con esos crótalos y entrarán a cantar en todas las casas donde haya habido un fallecimiento desde la Ashura del año anterior. Mientras, los hombres decoran la nakhl, la “palma”, el catafalco simbólico del imán Huseín, que ha estado todo el año expuesto en el balcón de la casa de hermandad esperando este momento. Portan la pesada estructura a hombros y la llevan en procesión por todo el pueblo durante horas. En Abyaneh –como en las otras ciudades del desierto iraní– hay varias nakhls, y cada una tiene su propia cofradía, ceremonia y recorrido, de manera parecida a las procesiones de la Semana Santa católica en España e Italia, de las que hemos escrito aquí y aquí.
En Abyaneh –como en España–, la procesión es también una atracción turística a la que acude gente desde lugares muy lejanos de Irán. Ilustramos la ceremonia con las fotos de Mohammed y Hossein Sâki que pueden encontrarse en la web persa.
Día de Ashura. Canción de luto por Abolfazl, hermano del Imán Huseín, asesinados juntos en Kerbala.
Este año, Ashura cae el 23 de octubre, cuando estaremos en Irán. Si todo va bien, nos veremos en Abyaneh para la gran ceremonia, inshallah.
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