Estamos de vuelta


de nuestra gira de cuatro días a Lemberg / Lwów y Galizia, organizada por nosotros conjuntamente con la Asociación Húngara de Cultura Judía. Hemos callejeado por el casco antiguo de Lwów y rastreado las reliquias escondidas del antiguo barrio judío, hemos sido testigos en el cementerio de Lyczaków —el panteón polaco— de la pugna que mantienen los diferentes monumentos por marcar la identidad de la ciudad, y en el campo de concentración de Janowska, ante la placa apenas visible en una pared de la estación de Kleparów, la comitiva entonó un kadish por las quinientas mil víctimas deportadas desde aquí hasta el campo de exterminio de Belzec. Partiendo hacia Tarnopol localizamos las dos sinagogas en ruinas de Chortkov, de donde proviene la comunidad de la importante sinagoga de la plaza Teleki de Budapest —la antigua Chortkover Kloyz—, y llegamos al gran cementerio judío, hoy prácticamente ignorado, de Buchach, centro intelectual de la vieja Galizia sudoriental, cuna de personalidades como Sigmund Freud y Simon Wiesenthal, del más importante editor ruso de principios del siglo XX, Josif Knebel, y del primer Premio Nobel de la literatura hebrea, Shmuel Yosef Agnon, cuya casa natal —hoy señalada con una placa— es tal vez la única que sobrevivió a la destrucción, ya en época soviética, del barrio judío con sus antiguas sinagogas. Y el último día emprendimos una acción partisana, a un centenar de kilómetros al sur, para fotografiar los cientos de hermosas lápidas de los tres cementerios jasídicos que se encuentran en la frontera de Galizia con Bukovina. Sobre todo ello informaremos detalladamente en los próximos días.


A – Lemberg/Lwów; B – Czortków/Chortkiv; C – Buczacz/Buchach; D – Stanislawów/Ivano-Frankivsk; E – Kosev; F – Kuty; G – Vizhnitsa. Ver a pantalla completa.


De camino a casa preguntamos a nuestros compañeros qué les había impresionado más del viaje. Muchos dijeron que la presencia del pasado, aún tangible en casas, plazas, y todavía más en los patios interiores de Lwów; los letreros de las tiendas en polaco y en yidis que asoman por debajo de las costras de escayola (que presentaremos pronto sobre un mapa), y al mismo tiempo esa vivacidad exultante de la ciudad. También, la soledad de los varios miles de lápidas del cementerio de Buchach, que se extiende a lo largo de un camino de tierra blanca, sobre una colina, fuera de la ciudad. El descubrimiento de estos lugares que son las raíces de tantos episodios de la moderna vida cultural judía, y que por lo general solo eran nombres ilocalizables y exóticos, pero que de pronto estaban ahí, visibles, palpables en su imponente realidad.

Con nuestras manos descubrimos el letrero debajo del cemento… luego volveremos sobre esto.

Muchos sugirieron que de buen grado visitarían otros lugares de la herencia judía de esta región de Europa oriental con nosotros de guía. Y nosotros estaríamos encantados de recorrer de nuevo con otros grupos los lugares que hemos investigado o solo soñado durante años, bien solos o en compañía de Ket Sheng, nuestro experto en hebreo, y Wang Wei, buen conocedor de los judios españoles. Teniendo en cuenta nuestras posibilidades hemos esbozado estas rutas para los próximos meses:

Dos viajes más a Lemberg / Lwów: uno el fin de semana del 25 de julio, aprovechando las fechas anuales del festival klézmer de la ciudad, y otro en septiembre, cuando hay otra gente que tiene tiempo para hacerlo. Ambos serían viajes de cuatro días, y en contraste con el actual de gran recorrido por Galizia, esta vez nos dedicaríamos a visitar la ciudad en detalle. Si se apunta poca gente, iríamos en coches cama de ferrocarril; si hubiera más personas fletaríamos un autobús desde Budapest: por supuesto quien quiera puede viajar con su propio coche. Trataríamos de encontrar un hotel barato en el centro para poder movernos con comodidad y libremente.

La famosa «ruta del vino judío» desde el Tokai húngaro al sur de Polonia podría recorrerse en dos etapas. La primera, por los asentamientos jasídicos de la región vinícola de Tokai, con sus hermosas sinagogas de madera y cementerios se puede hacer en uno o dos días, mientras que el camino hacia el Norte a través de Košice, Prešov y Bardejov eslovacos hasta Nowy Sacz en Polonia —centro importante del hasidismo polaco, que dio rabinos a varias comunidades a lo largo de la carretera—, más los pequeños pueblos de los alrededores, en tres días más: en el caso de contar con pocos participantes, iríamos en microbús, y si vinieran más, entonces un autobús normal. La primera de estas giras se podría organizar hacia mediados de julio, y podría repetirse una o más veces hasta final de otoño.

Recorrido por los shtetl de Galizia: los pequeños pueblos judíos, de Lesko a Brody y de la sinagoga-fortaleza de Lutsk a los cementerios jasídicos de Bucovina. Se necesitan alrededor de cuatro o cinco días de viaje en autobús o en coche, ajustables al tiempo y a los intereses específicos de los viajeros.

Odessa y Crimea: un gran sueño por el que todos suspiran, pero la pregunta es cuántos realmente se atreven a llevarlo a cabo. Cuanto se necesita es una semana, y lo que veríamos en ella merece la pena: el barrio judío de la ciudad, Moldavanka, escenario de las historias de Isaac Babel, las ciudades caraítas y los cementerios de la guerra de Crimea, sobre los que vamos a escribir en breve, los monasterios ortodoxos y armenios, el palacio del Khan en Bajchisarái…

Si estáis interesados en alguno de estos viajes, escribidnos durante esta semana a wang@studiolum.com, sugiriendo también vuestras mejores fechas. A partir de lo que acabamos de deciros, más las propuestas que vosotros hagáis, daremos a conocer la próxima semana las fechas definitivas, las rutas que podemos fijar y los presupuestos para cada caso. Y si preferís organizar un grupo y un recorrido por vuestra cuenta, también de buen grado nos comprometeríamos a guiaros. Mientras tanto seguiremos publicando nuestros informes sobre Lemberg / Lwów, Galizia y el legado judío de toda esta región. Enseguida abriremos una entrada colectiva aparte. Seguidnos.

Todos nuestros posts sobre la herencia judía de Europa Oriental


1 comentario:

El niño vampiro dijo...

Este blog es una absoluta maravilla. Y todavía no he empezado a explorarlo a fondo, que cuando empiece, me veo pasando las noches en vela leyéndoos. Tocáis todas las teclas que me fascinan: cultura judía, eslava, Europa Central, música klezmer, y tantos otros temas.
Enhorabuena. O gracias. O las dos cosas.