Russia on fire / Rusia arde

The extension of the wildfires on July 31. From the blog of I. Cherski (with more maps). Since then the fire has spread further • La extensión de los incendios el 31 de julio. Tomado del blog de I. Cherski (que tiene más mapas). Desde entonces el fuego aún se ha extendido más.

«Desde fin de mayo sufrimos este calor anómalo», escribe Lena desde Yaroslavl. «Constantemente. Sin pausa. Sin lluvia. Permanentemente por encima de los treinta y a veces cuarenta grados. Una buena noche es si baja de veintiocho. Sin viento, ni una pequeña brisa. Si me ducho, cuando vuelvo a la sala ya estoy sudando otra vez. Y aquí, en Yaroslavl, todavía es tolerable. Los suburbios de Moscú están ardiendo. Ryazan está ardiendo, no se ve más allá de cincuenta metros. Nizhny Novgorod arde. Se ha promulgado el estado de emergencia. El humo llega hasta aquí [a más de cien kilómetros], la ciudad está cubierta de niebla, a 35º centígrados. Las carreteras han sido cortadas, nadie puede acercarse a los bosques. La mitad de los bomberos locales han sido enviados a Moscú, porque todas las brigadas de allá están apagando el fuego cerca de Moscú. Algunos diarios están publicando artículos que dicen que es una nueva arma climática que Estados Unidos está probando con Rusia. Gilipolleces.»

“Since the end of May we have had this anomalous heat”, writes Lena from Yaroslavl. “Constantly. Without ease. Without rain. Permanently above thirty but even forty degrees. In the night it is good if it drops to twenty eight. No wind, not even a small breeze. If I take a shower, while I got back to the room I’m all sweat again. And here in Yaroslavl it is still tolerable. The suburbs of Moscow are burning. Ryazan is burning, one cannot see longer than fifty meters. Nizhny Novgorod is burning. A state of emergency has been proclaimed. The smoke reaches this far [from more than a hundred kilometers], the city is covered with smog, at 35 ºC. The roads have been closed, nobody can go to the forests. Half of the local firemen have been sent to Moscow, because all the brigades of there are extinguishing the fire under Moscow. Some journals are publishing articles that this is the new climatic weapon which is being tested by the USA on Russia. Nonsense!”

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«En el pueblo de Kriusha, cerca de Ryazan», escribe en su fotorreportaje drugoi, «en la mañana del 29 de julio todas las casas de la calle principal, la escuela y hasta el cementerio se quemaron en un minuto. Los bosques cercanos todavía arden. Los habitantes consiguieron salir a la calle, pero solo salvaron lo más importante, documentos, dinero. Ivan y Sasha, les llevaron cosas de Moscú, había un sitio en su coche para mí, así como para el corresponsal de Izvestiya. Depositamos las ropas en el club y la comida en el hospital donde ahora vive la gente sin hogar. Parece que han superado el primer golpe y tienen confianza en el futuro. «El gobernador estuvo aquí, prometió construir nuevas casas para todos», dijeron. La gente está tranquila, no tienen ese sentimiento apocalíptico que nos embarga a la vista de la calle principal arrasada. Se sobrepondrán, tienen esperanza. Lo más difícil vendrá en septiembre y octubre, cuando lleguen las lluvias, el fuego se extinguirá y por allá arriba se olvidarán de estos pueblos. Entonces la gente de estos lugares tendrá que arreglárselas sola»

“In the village of Kriusha near Ryazan”, writes in his photo report drugoi, “on the morning of July 29 all the houses of the main street, the school and even the cemetery burned down in one minute. The nearby forests are still burning. The inhabitants managed to escape to the street, but they could whip up only the most important things, documents, money. Ivan and Sasha brought them things from Moscow, there was a place in their car for me as well as for the correspondent of Izvestiya. We deposited the clothes in the club, and the food in the hospital where the homeless people live now. They seemed to be over the first shock, and they have trust in the future. “The governor was here, he promised that they would build new houses for all”, they say. People are calm, they do not have that apocalyptic feeling which catches us at the sight of the destroyed main street. They endure, they have hopes. The most difficult will come around September and October when the rains will come, fire will die out, and up there everyone will forget about these villages. Then the local people will have to rely exclusively on themselves.”