Hermandad


Mi madre y mi tía.

Resignación. Seis años de ser la hija única y niña modelo —rubia, ojos verdes y cara de muñeca— para que le traigan esto... ¿En qué piensan los padres?


Usurpación. La recién llegada no duda de la validez de su pertenencia y se arroga todos los derechos de ocupar el lugar que le ha tocado, sin advertir problema ni conflicto alguno.

¡Ah, de los segundones y su desenfado en esta sociedad moderna! ¿Dónde quedaron los tiempos contados por Duby en que debían vagar por el mundo para reconstruir su ignominia?

4 comentarios:

Marta Domínguez Senra dijo...

Terrible. Pero seguro que en cuanto la pequeña pudo empezar a entender un poquito este mundo, ahí estaba su hermana para decirle "eres adoptada" o "te compramos a un clan de gitanos" o algo así.
Nosotros, los sufridos hermanos pequeños hemos pasado por eso y por más.
Mi hermano mayor con ocasión de uno de mis numerosos episodios de faringitis me trajo a mi cama el vaso de agua que le pedí. Pero era agua de lavanda.

Aaoiue dijo...

La oreja izquierda de tu tía, con permiso, es terrible. Está como abollada. Claro que las de tu madre no se ven. Hija, sois clavadas. Os estáis perpetuando más que reproduciendo. Será que el modelo es bueno. Um.

Julia dijo...

Aa: perdón la demora, no sabía que habías comentado aquí, llegué de casualidad a verlo.
Pero te advierto que ni aquí ni conmigo es el lugar para quejarse desde el lugar de hermanos menores, bastante más fácil tienen todo ya como para concederles quejas, ¡qué va! Los mayores somos los que sufrimos y excelentes ejemplos tengo en mi familia (subiendo y bajando por mi árbol genealógico) para asegurarlo con total certeza y sin un ápice de duda.
Lo de las orejas mejor lo dejamos en el silencio.

Aa dijo...

Bueno, la perra gorda para tí, como se suele decir por España.
Ah, y a mi hermano le hacía las láminas de dibujo, porque él era muy torpe con la tinta china. Y si bien es verdad que me ayudó con la Química, no estoy del todo segura de que me filtrase alguna patraña...