Me emocionaba esta flor que veía todos los días en Pucón.
Crecía con pertinaz fragilidad en un mínimo resquicio del cemento.
Su fuerza y perseverancia resultan ejemplares: sobreponerse a las adversidades, vencer las dificultades del entorno hostil, sin perder –a pesar de tanta lucha– la belleza, frescura y lozanía.
Serviría de imagen para un buen emblema.
Crecía con pertinaz fragilidad en un mínimo resquicio del cemento.
Su fuerza y perseverancia resultan ejemplares: sobreponerse a las adversidades, vencer las dificultades del entorno hostil, sin perder –a pesar de tanta lucha– la belleza, frescura y lozanía.
Serviría de imagen para un buen emblema.
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