El cementerio Łyczakowski es el más antiguo de los que conserva Lemberg. Inaugurado en 1788, después de que José II cerrara las zonas de entierro en el interior de las murallas, se lo considera panteón polaco. Aquí descansa un gran número de artistas, científicos y aristócratas polacos, y los caídos en los levantamientos de 1830-1831 y 1863. Y, en la esquina sur-este del cementerio, en una parcela aparte, los «aguiluchos», que defendieron a la solitaria Lwów contra el ejército ucraniano independiente durante la guerra civil ucraniano-polaca de 1918-1920, mientras el ejército polaco, comandado por Pilsudski, hacía retroceder al Ejército Rojo de Budenny y de Stalin desde Varsovia. En el cementerio de los héroes, construido en 1924, los nombres de los muchachos y muchachas se pueden leer sobre las cruces blancas dispuestas en largas filas. Ninguno de ellos tenía más de veinte años. Nadie viene aquí por Pascua, pero las flores frescas y las banderas polacas atestiguan la presencia de visitas constantes.
Tras la expulsión de los polacos de Lwów en 1945, el cementerio de los héroes también comenzó a decaer. Los monumentos fueron derribados y la mayoría de tumbas destruidas con tanques. Sólo en 2005, después del decidido apoyo de Polonia a la «Revolución Naranja» ucraniana, se dio permiso al gobierno polaco para restaurar la necrópolis. Mientras tanto, los ucranianos también habían establecido su propio cementerio de los héroes en las inmediaciones del polaco. En su punto más alto está el Arcángel San Miguel sobre una columna, con la espada desenvainada, y en el cementerio los cenotafios o las tumbas reales de los miembros del ejército ucraniano independiente de 1918, la división ucraniana de las SS de Galizia, el ejército nacional de Bandera, se alinean con los partisanos ucranianos que lucharon hasta 1955 contra los invasores soviéticos, unos al lado de otros. Todo el año tienen coronas de flores, no sólo de sus familiares, sino también del ejército ucraniano, de scouts o de asociaciones patrióticas.
El año pasado una nueva, tercera, parcela fue inaugurada en el cementerio de los héroes, que ahora es la parte de mayor crecimiento del cementerio Łyczakowski. Aquí enterraron a los jóvenes soldados caídos en defensa de las fronteras orientales del país. Las coronas están aún frescas en la mayoría de tumbas. El domingo de Pascua hay visitantes en casi todos los sepulcros, familiares, amigos, muchos uniformes militares; algunos se acercan a dos o tres tumbas. Ya está superado el primer golpe, mecánicamente y sin lágrimas llevan a cabo los rituales de la visita. No hablan, ni tampoco comen, sólo colocan sobre la tumba, sacándola de la cesta de Pascua que llevan consigo, una rebanada de pan pascual, huevos cortados por la mitad, un bizcocho en forma de cordero.
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