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Bohumil Hrabal: La traición de los espejos
El cumpleaños amanece con una suave llovizna, pero por la mañana el sol ya luce y se esconde caprichosamente. Vuelvo a Libeň como hice hace veinte años.
«"¿Tú viene a Libeň para esto? ¿Para el señor Hrabal?" Traga ásperamente, en su boca reseca la saliva es un gel lechoso. "Yo conocí al señor Hrabal, amaba la cerveza. Me invitaba muchas veces, también." Ahora ya estoy seguro de que quiere dinero. "¿Tú hablas checa?" No, cabeceo de mala gana, preferiría deshacerme de él, estoy hurgando en mi bolsillo pero no encuentro cambio, sólo billetes, y nosotros también somos pobres. "¿Así que tú no sabe lo que está escrito aquí?", señala al mural. No, la verdad es que no. Tady stojím, čelo mám korunované deseti vráskami , tady stojím jako starý bernardýn a divam se do veliké dálky, až do svého dĕtství... Empieza a traducir: "Estoy aquí... corona de diez arrugas en mi frente", suda por el esfuerzo. "Estoy aquí, me veo como... un San Bernardo... un perro de rescate... Sí, sí, un perro de San Bernardo... miro a lo lejos, muy lejos, cuando era niño." Me complace reconocer el texto. Meto la mano en mi bolsa por una cerveza Soproni tibia, tal vez logre deshacerme de él con eso, y entonces alcanzo a ver las lágrimas en su rostro. Cruzo una mirada con Anna. Nos sentimos avergonzados. "Gracias, húngaros, por haber venido. Para ver al señor Hrabal, mi amigo", me veo obligado a estrechar su sucia mano extendida.»
Mátyás Falvai: „muro_Hrabal.jpg” Új Könyvpiac, Septiembre de 2012
En este día de hoy, centenario de su nacimiento, no hay ningún evento programado en Libeň, sólo las escuelas celebran el Día Hrabal. El lunes por la noche habrá una velada de recuerdo en el teatro alternativo de Libeň, y se inaugurará una exposición titulada «Hrabal rigurosamente vigilado», informaremos de ambas cosas. Como conmemoración privada, me siento en el
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