Las posesiones europeas de Wang Wei son extensas. Van desde el Mediterráneo Occidental, tocando las costas de la península de Hispania, hasta las colinas de Transilvania, en las estribaciones de los Cárpatos. Es natural que las gentes que pueblan un territorio así sean muchas y diversas. Las hay tímidas y extrovertidas, holgazanas y laboriosas, malhechoras y santas, y algunas tienen la emotividad impulsiva y vehemente, cosa que hace concebir esperanzas sobre el futuro.
Es el caso que, durante una inspección rutinaria del barrio de Nuestra Señora del Carmen, en la zona occidental de los terrenos europeos de Wang Wei, el primer día de 2008 vimos que alguien había tendido, de lado a lado de la calle principal, esta felicitación de cumpleaños que es a la vez una declaración de amor y un grito de añoranza. Como no nos pareció conveniente empezar a preguntar para salir de dudas, nos quedamos con el interrogante de si Flor es el nombre de la mujer deseada o bien la firma de la autora de la pancarta. En cualquiera de los dos casos, les deseamos a ambos un próspero año 2008 en el que acaben consolidando un feliz reencuentro.
Es el caso que, durante una inspección rutinaria del barrio de Nuestra Señora del Carmen, en la zona occidental de los terrenos europeos de Wang Wei, el primer día de 2008 vimos que alguien había tendido, de lado a lado de la calle principal, esta felicitación de cumpleaños que es a la vez una declaración de amor y un grito de añoranza. Como no nos pareció conveniente empezar a preguntar para salir de dudas, nos quedamos con el interrogante de si Flor es el nombre de la mujer deseada o bien la firma de la autora de la pancarta. En cualquiera de los dos casos, les deseamos a ambos un próspero año 2008 en el que acaben consolidando un feliz reencuentro.
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