Pirámides. Los muertos, los vivos

¿Alguien habrá estado en El Cairo sin ver las pirámides, al menos las de Gizeh? Miles de veces hemos contemplado estos lugares sobre el papel, y estudiado, leído y curioseado infinitamente sobre ellos, y en nada se ha reducido el impacto que provoca su visión directa, completado ahora con la presencia de la vida, la agitación y el entorno humano que todo lo envuelve, allí donde la felicidad del turista se desarrolla bajo un potente dispositivo de control.


Primer grabado del libro de  Athanasius Kircher, Sphinx Mystagoga (Amstelodami: Ex officina Janssonio-Waerbergiana, MDCLXXVI). Recreación bastante fantástica de Gizeh, pero con elementos reales: visitantes curiosos capaces de encaramarse hasta lo más alto de las pirámides y abigarramiento de caballos, camellos, arqueólogos, saqueadores y gente diversa alrededor.
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